Sentir bienestar y placer, permanecer alegre, tranquilo y poder recuperar la salud son cosas totalmente posibles gracias a la producción de endorfinas… La llamada: “hormona de la felicidad”.
Hacer ejercicio, tener relaciones sexuales placenteras, comerse una barra de chocolate, mirar una puesta de sol o reírse un poco más, pueden ser elementos que contribuyan en el comienzo de la recuperación de muchos estados patológicos y no sólo emocionales, sino también biológicos como una depresión, un resfrío, el dolor de cabeza e incluso la calidad de vida en un enfermo de cáncer.
Cómo es posible que la risa o el chocolate ayudan a curar enfermedades?
Según especialistas y diversas investigaciones esto es posible gracias a la producción de endorfinas, químicos naturales parecidos a la morfina que estimulan los centros de placer en el cerebro. Con respecto a la capacidad que podrían tener las endorfinas para participar en la recuperación de las enfermedades se ha demostrado que el aumento de estos neurotransmisores bajan los niveles de cortisol, (hormona que puede llegar a producir diabetes). En cambio, se demostró que el poseer una mayor cantidad de endorfinas nos ayuda a calmar y quitar el dolor y de disminuir el nivel de adrenalina y la noradrenalina; hormonas características del estrés.
Las endorfinas son pequeñas cadenas proteicas y neurotransmisores del cerebro que se liberan a través de la medula espinal y del torrente sanguíneo. Una especie de hormonas que han sido estudiadas desde 1950 y descubiertas por investigadores canadienses, y encontradas primero en ratones. Son opiáceos naturales del organismo que puede ser hasta 20 veces más potentes que los medicamentos contra el dolor que se venden en las farmacias.
Las endorfinas se llaman así porque son moléculas parecidas a la morfina y la sensación que producen son de bienestar general. El comer sano permite secretarlas y consumir alimentos chatarra disminuye su producción. Estas endorfina se encuentran de manera natural en el cerebro y son el vehículo material del placer, la euforia, la felicidad y el alivio del dolor, tanto es así que por eso se las denominan "hormonas del placer" o de la "felicidad".
Las endorfinas nos ayudan a mejorar el tratamiento y la curación de varias enfermedades, además que tienen propiedades analgésicas, por eso es muy importante hacer lo necesario para producir una mayor cantidad de esta importante hormona. Estas endorfinas aumentan en los momentos placenteros de nuestra vida cuando tenemos alguna alegría o emoción... y disminuye en los momentos que estamos tristes: una caída física o emocional, una enfermedad o una discusión de pareja. Las endorfinas son también estimulantes. Cuando los atletas experimentan una liberación de endorfinas sienten que aún pueden más, como si les hubiese inyectado energía.
Las actividades como escuchar música, bailar, hacerse un baño, caminar, quedar con los amigos, etc. hacen aumentar los niveles de endorfinas en sangre. La Mente del Cuerpo produce como mínimo 20 tipos diferentes de endorfinas, que se almacenan principalmente en el hipotálamo.
Las endorfinas tienen un rol importante en la recuperación y tiene funciones esenciales para la salud:
o Promueven la calma
o crean un estado de bienestar
o mejoran el humor
o reducen el dolor
o retrasan el proceso de envejecimiento
o potencian las funciones del sistema inmunitario
o reducen la presión sanguínea
o contrarrestan los niveles elevados de adrenalina asociados a la ansiedad
Hay actividades que aumentan los niveles de endorfinas como pueden ser: comer chocolate, tomar el sol, hacerse masajes, meditación, yoga, bailar, cantar, escuchar música, pintar, moldear, ejercicios respiratorios, correr, ir con bicicleta o nadar, etc.
Una de las razones porque el hecho de “jugar” es tan importante es porque solo el hecho de dedicar un rato a pasarla bien hace aumentar los niveles de endorfinas. Las personas deben procurar hacer tantas actividades ligadas al aumento de endorfinas como sea posible. Cuando las personas realizan alguna actividad que les beneficia como es el ejercicio físico, el sexo, la risa, o simplemente escuchar algunas melodías que sean de su agrado cambian su estado de ánimo además de ciertos alimentos que se traducen en chorros de endorfinas circulando por su sangre. En cambio: el estrés, numerosas enfermedades como el cáncer o patologías crónicas (artrosis, migraña...) o la falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos se acompaña de bajos niveles de endorfinas.
Existen numerosos estudios que prueban la relación existente entre un elevado nivel de satisfacción personal que deriva en una mayor producción de endorfinas y mejor sistema inmunológico. En cambio aquellas personas que presentan bajos niveles de endorfinas son notablemente menos felices y en consecuencia, enferman con mucha mayor frecuencia.
La mayoría de las personas tienen la falsa idea que la alimentación únicamente sirve para el crecimiento o simplemente para tener vida, pero olvidan su influencia sobre el estado de ánimo, la ansiedad y la depresión. La relación entre alimentos y química cerebral es algo en lo que muchos investigadores siguen trabajando para descubrir las causas de la depresión.
Otro alimento generador de endorfinas es el picante (chile, pimienta negra, blanca o cayena, jalapeños,...). El gusto por las salsas picantes no sólo se debe a su sabor, sino a un componente fundamental de estos alimentos llamado capsicina (sustancia que otorga al chile su poder irritante). Esta sustancia estimula las terminaciones nerviosas de la boca y hace experimentar una sensación cerebral de endorfinas con su consiguiente euforia temporal.
El chocolate (mientras más porcentaje de cacao mejor) es otro alimento generador de endorfinas. La teobromina, la cafeína y la feniletilamina contenidas en el chocolate podrían ser la causa de sus supuestas propiedades adictivas. La feniletilamina, además, pertenece al grupo de las endorfinas y el organismo la produce de forma natural cuando experimentamos la sensación de enamoramiento, al llegar a la sangre, eleva el estado de ánimo, creando una energía positiva y sensaciones que van desde la felicidad hasta la euforia.
El ejercicio es esencial en la producción de endorfina.
Realizar una actividad física es lo que más conduce al aumento de la endorfina ya que cuando nuestro cuerpo está sometido a una práctica intensa de movimiento el organismo genera cierta inflamación producida por una gran descarga de ácido láctico en los músculos y para contrarrestar esta descarga de acido láctico nuestro organismo comienza a producir endorfina en dosis importantes... Ahí estaría la respuesta a la increíble sensación de bienestar que siente una persona al salir a andar en bicicleta o correr.
La visualización y la fe (creer y estar seguros que podrán sanar) es una herramienta muy importante para que aquellos enfermos que no pueden recuperarse de alguna enfermedad y al empezar con pequeños movimientos y después el caminar los ayuda a mejorar de manera importantísima porque están ayudando al cuerpo a tener circulación y a secretar endorfinas.
Por eso al decirles palabras como: estas mejorando, ó hoy los médicos dicen que ya te estás recuperando ayuda a que el paciente produzca endorfina y así sentirse en un estado más placentero y con ánimo para levantarse y verse a sí mismos ejercitándose.
Los estudios señalan que: Emociones positivas igual a placer y felicidad.
El doctor Rodrigo Alcázar menciona que a través de una especie de scanner, se le pide al paciente que piense, por ejemplo, en algo alegre y ahí puede verse cómo estas moléculas se trasladan a una zona del cerebro llenándose de un color rojo. Entonces, a través de estos últimos estudios de neuro imágenes se ha podido avanzar en la investigación de estos elementos”. Estudios como éste, se han realizado con el fin de ver cómo las emociones influyen en nuestro organismo. De hecho, hay un estudio en donde a través de la visualización se pudo contemplar que las emociones placenteras producen una gran descarga de endorfinas… Otra manera de producir más endorfinas es simplemente siendo feliz.
“La farmacia la tenemos dentro”
Para el Doctor en Psicología de la Universidad de Santa Mónica en California, USA, Vladimir Huber. El dejar de ser amargados (la amargura sería una especie de “enfermedad por carencia de endorfinas”) y empezar por conocernos a nosotros mismos puede ser el inicio para poder gozar de esta verdadera “droga interna y natural” que todos podemos generar.
Para comprender la incidencia de las endorfinas, Vladimir Huber dice que primero debemos entender que “la sanación ocurre a nivel energético y por eso la persona necesita hacer un proceso de sanación emocional. Mientras no se haga esto, se trabajará a nivel del cuerpo con cosas materiales como los medicamentos, los que van a ser paliativos y además crear nuevos problemas de salud.
En cuanto a las llamadas “hormonas de la felicidad”, el psicólogo coincide en que pueden resultar sanadoras, pero destaca que para que hagan su tarea de manera efectiva, la persona debe encontrarse en un estado “de paz y armonía interna”, tomando en cuenta siempre sus cuatro pilares: cuerpo, mente, alma y emociones.
Además de lo anterior, si la persona realiza su trabajo se pueden obtener resultados realmente sorprendentes... El detalle está ahí, en querer y estar dispuesto a hacer un pequeño esfuerzo y no sólo tener la voluntad pasajera. Debe existir realmente la decisión y determinación de hacer todo lo necesario para eliminar lo que nos afecte y hacer todo lo que nos beneficia, ya que esto es en definitiva; es la base de toda sanación.
Las terapias energéticas ayudan en la producción de endorfinas.
La respiración holotrópica (técnica de autoexploración profunda y de psicoterapia experiencial), el tai chi, el yoga, el reiki, las flores de bach y tantas otras terapias consideradas energéticas son muy beneficiosas para ayudar a la persona a secretar endorfinas. Lo importante es practicar alguna de estas disciplinas a diario y por lo tanto, mantener la producción de esta hormona siempre constante.
La importancia de eliminar los bloqueos de energía.
Restablecer el flujo energético es igual a promover la secreción de endorfinas, por eso es importante realizar alguna terapia energética, cambiar los hábitos alimenticios y tomar la decisión propia de sanarse “Los que no están dispuestos a sanarse, necesitan el camino de las pastillas, las cirugías, la quimioterapia, etcétera.
En conclusión:
Debemos caminar y realizar ejercicio físico regularmente, practicar yoga o pilates, reír mucho y tener buen humor, escuchar música y seguir una dieta rica en nutrientes y precursores de hormonas, dormir lo suficiente, recibir masajes, trabajar nuestras emociones para erradicar nuestras tendencias pesimistas y pensar de forma positiva, son algunas vías para aumentar la producción de endorfinas.
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