Hablar de estilo de vida, es hablar de algo totalmente distinto para cada persona. Dependiendo de lo que tú valores más, tu estilo de vida ideal puede ser tener más tiempo libre, ganar más dinero, pasar más tiempo con la familia o dedicarte a viajar por el mundo.
La mayoría de las personas ven su estilo de vida ideal cómo una utopía, como algo que no llegarán a conseguir jamás.
No nos enseñan a diseñar nuestra vida y por eso no lo hacemos. Desde pequeños nos van dando pautas para ir siguiendo un camino que no hará tener estabilidad basado en los ideales mayoritarios de la sociedad, pero… ¿nos dará felicidad? Por desgracia, no hay manera de saberlo hasta que no te encuentras en la situación, siendo adulto y teniendo compromisos que la mayoría de las veces no te permite alegremente hacer los cambios que a ti te gustaría.
Toma de conciencia y el punto de inflexión
La mayoría de personas llega a un momento de inflexión en su vida. Este punto llega cuando te das cuenta de que no eres feliz con la vida que tienes. Al menos, no con la situación actual que estás viviendo.
No digo que esto sea la hecatombe y que tengas que poner patas arriba todo lo que has ido forjando durante años. Puede ser que haya un área en concreto de tu vida que esté contaminando al resto y eso te provoque sensación de caos e infelicidad.
Cuando tomas conciencia de lo que no está funcionando a tu gusto, ya no puedes olvidarlo y ahí es cuando se produce el punto de inflexión. Tenemos un antes y un después en la vida desde que nos damos cuenta de lo que no queremos.
Lo que no quieres
Cuando tomas conciencia de lo que te hace sentir mal, es posible que no sepas lo que quieres, pero sí tienes claro qué es eso que no quieres tener en tu vida, o al menos, no tenerlo de la manera en la que se produce en la actualidad.
Hasta hace cierto tiempo, yo tampoco me había preocupado de diseñar mi modelo de vida. Había vivido volcada en mi trabajo, con la aspiración de crecer profesionalmente, pero sin tener claro dónde me iba a llevar eso. Todo empezó cuando empecé a tener la sensación de no sentirme realizada, de no tener plenitud. Había conseguido avances en mi carrera, pude independizarme, pero ¿y después qué?
Había algo mal en mi vida, pero claro, uno no puede rehacerlo todo por arte de magia. Sabía que era infeliz, no quería dedicar tantas horas a un trabajo que no me aportaba satisfacción personal, eso lo tenía claro. ¿Pero cómo haces el cambio?
Bien, mi punto de inflexión sucedió cuando trabajé con mi primera coach, algo que sucedió casi por casualidad. Con el trabajo conjunto que hicimos descubrí todo eso y tomé conciencia de ello. Ahora tenía claro qué estaba pasando y qué cosas en mi vida no estaban en consonancia conmigo.
He estado muchos años gestionando proyectos para grandes empresas, desde la idea inicial, concretar los cambios a llevar a cabo, los pasos para realizarlo y la implantación final de esos cambios.
Esos conocimientos me han servido mucho, porque me han permitido aplicar todo eso a mi vida personal y he podido trazar un plan de cambio.
El momento “basta”
Desde que tuve el punto de inflexión, no podía parar pensar en trazar mi plan para aplicar en mi vida los cambios que quería hacer. Busqué formación en coaching, me organicé en el trabajo para poder asistir a la formación, etc.
Pero además, desde que uno tiene su punto de inflexión, sólo piensa en cómo cambiar esa situación y todo el proceso va acompañado de una transformación personal.
Una transformación en la que tú defines lo que quieres, te posicionas en el tablero de juego para decidir tus propios movimiento y no seguir la corriente marcada por los demás.
Cuando coges realmente las riendas es cuando dices ¡Basta! Tienes ese momento en el que te plantas y decides pasar a la acción.
Transformarte, crecer y ser quien tú realmente quieres ser y hacer lo que tú realmente quieres hacer. Reinventarte en tu nueva visión.
Cuando empiezas a aclarar tus ideas y a reencontrarte, empiezas a imaginar la vida que quieres tener y a definir el estilo de vida que quieres de verdad.
Para definir el estilo de vida que quieres empiezas a pensar en cosas cómo:
Cómo puedes romper las barreras
Cuando has tenido tu momento “Basta”, ahí es cuando empiezas realmente a actuar. El problema entonces es luchar contra ti mismo. Por si no lo sabías, tú eres tu peor enemigo…
Cuando empiezas a definir lo que quieres y a aclarar tus ideas, todos pasamos por ese momento de “¿se me estará yendo la olla?”. Definir el estilo de vida que quieres implica pensar a lo grande, algo a lo que no estamos acostumbrados. Somos conformistas en cierta manera.
Pero cuando has logrado definir el estilo de vida que quieres, van a asaltarte todas las dudas del mundo.
¿Y si no puedo hacerlo? ¿Yo me merezco todo esto? ¿Y si no funciona? ¿Qué van a pensar mis amigos y mi familia?
Voy a poner un ejemplo… Imaginemos que tienes un trabajo en el que cobras un sueldo estable a final de mes. Has llegado a un punto en el que ese trabajo no te hace feliz, bien sea porque exige que dediques mucho tiempo o simplemente porque los proyectos no son interesantes o la filosofía de empresa no va contigo.
¿Quieres cambiar? Seguramente, pero claro, te dirás a ti mismo… “Ahora no es el momento… tal y como está el panorama laboral, todo el mundo dice que no es un buen momento para cambiar de trabajo… hay crisis… en todas las empresas están igual…”
Ante todos esos argumentos, ¿qué vas a hacer? ¿seguir viviendo infeliz o buscar una solución?
Este es sólo un ejemplo que creo que aplicará a mucha gente, pero el caso puede extrapolarse a otras áreas.
La realidad es que hasta que no lo pruebes no vas a poder saber los resultados del cambio. Con esto no quiero decir que cambies de trabajo, ni mucho menos, sólo quiero que reflexiones sobre lo que te está frenando para definir el estilo de vida que quieres.
Te dejo con una pregunta de reflexión: ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Cuando tomas conciencia de lo que te hace sentir mal, es posible que no sepas lo que quieres, pero sí tienes claro qué es eso que no quieres tener en tu vida, o al menos, no tenerlo de la manera en la que se produce en la actualidad.
Hasta hace cierto tiempo, yo tampoco me había preocupado de diseñar mi modelo de vida. Había vivido volcada en mi trabajo, con la aspiración de crecer profesionalmente, pero sin tener claro dónde me iba a llevar eso. Todo empezó cuando empecé a tener la sensación de no sentirme realizada, de no tener plenitud. Había conseguido avances en mi carrera, pude independizarme, pero ¿y después qué?
Había algo mal en mi vida, pero claro, uno no puede rehacerlo todo por arte de magia. Sabía que era infeliz, no quería dedicar tantas horas a un trabajo que no me aportaba satisfacción personal, eso lo tenía claro. ¿Pero cómo haces el cambio?
Bien, mi punto de inflexión sucedió cuando trabajé con mi primera coach, algo que sucedió casi por casualidad. Con el trabajo conjunto que hicimos descubrí todo eso y tomé conciencia de ello. Ahora tenía claro qué estaba pasando y qué cosas en mi vida no estaban en consonancia conmigo.
He estado muchos años gestionando proyectos para grandes empresas, desde la idea inicial, concretar los cambios a llevar a cabo, los pasos para realizarlo y la implantación final de esos cambios.
Esos conocimientos me han servido mucho, porque me han permitido aplicar todo eso a mi vida personal y he podido trazar un plan de cambio.
El momento “basta”
Desde que tuve el punto de inflexión, no podía parar pensar en trazar mi plan para aplicar en mi vida los cambios que quería hacer. Busqué formación en coaching, me organicé en el trabajo para poder asistir a la formación, etc.
Pero además, desde que uno tiene su punto de inflexión, sólo piensa en cómo cambiar esa situación y todo el proceso va acompañado de una transformación personal.
Una transformación en la que tú defines lo que quieres, te posicionas en el tablero de juego para decidir tus propios movimiento y no seguir la corriente marcada por los demás.
Cuando coges realmente las riendas es cuando dices ¡Basta! Tienes ese momento en el que te plantas y decides pasar a la acción.
Transformarte, crecer y ser quien tú realmente quieres ser y hacer lo que tú realmente quieres hacer. Reinventarte en tu nueva visión.
Cuando empiezas a aclarar tus ideas y a reencontrarte, empiezas a imaginar la vida que quieres tener y a definir el estilo de vida que quieres de verdad.
Para definir el estilo de vida que quieres empiezas a pensar en cosas cómo:
- Dónde quieres vivir
- A qué y a quién quieres dedicar tu tiempo
- Qué es para ti la libertad
- Cómo quieres trabajar o de qué
Cuando has tenido tu momento “Basta”, ahí es cuando empiezas realmente a actuar. El problema entonces es luchar contra ti mismo. Por si no lo sabías, tú eres tu peor enemigo…
Cuando empiezas a definir lo que quieres y a aclarar tus ideas, todos pasamos por ese momento de “¿se me estará yendo la olla?”. Definir el estilo de vida que quieres implica pensar a lo grande, algo a lo que no estamos acostumbrados. Somos conformistas en cierta manera.
Pero cuando has logrado definir el estilo de vida que quieres, van a asaltarte todas las dudas del mundo.
¿Y si no puedo hacerlo? ¿Yo me merezco todo esto? ¿Y si no funciona? ¿Qué van a pensar mis amigos y mi familia?
Voy a poner un ejemplo… Imaginemos que tienes un trabajo en el que cobras un sueldo estable a final de mes. Has llegado a un punto en el que ese trabajo no te hace feliz, bien sea porque exige que dediques mucho tiempo o simplemente porque los proyectos no son interesantes o la filosofía de empresa no va contigo.
¿Quieres cambiar? Seguramente, pero claro, te dirás a ti mismo… “Ahora no es el momento… tal y como está el panorama laboral, todo el mundo dice que no es un buen momento para cambiar de trabajo… hay crisis… en todas las empresas están igual…”
Ante todos esos argumentos, ¿qué vas a hacer? ¿seguir viviendo infeliz o buscar una solución?
Este es sólo un ejemplo que creo que aplicará a mucha gente, pero el caso puede extrapolarse a otras áreas.
La realidad es que hasta que no lo pruebes no vas a poder saber los resultados del cambio. Con esto no quiero decir que cambies de trabajo, ni mucho menos, sólo quiero que reflexiones sobre lo que te está frenando para definir el estilo de vida que quieres.
Te dejo con una pregunta de reflexión: ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Los pasos para definir el estilo de vida que quieres
Cómo te explicaba en el post “El camino para conseguir la vida que quieres” la base es la siguiente:
- Aclarar tus ideas y visualizarlas es el primer paso para definir la vida que quieres
- Traza un plan paso a paso que te lleve hasta tu meta
- Encaja tu plan en tu vida actual para no ponerlo todo patas arriba
- Decide cuándo vas a pasar a pasar a la acción
Pasa a la acción. Traza tu plan. Sin más. Empieza a soñar, empieza a darle forma y en definitiva, empieza a definir la vida que quieres.
Puedes descargar totalmente el ebook “Empieza desde 0 a crear la vida que quieres”, sólo tienes que suscribirte al final del post y lo podrás descargar al momento.
En el ebook encontrarás las fases para poder trazar tu plan de cambio y los pasos para poder encajarlo en tu vida actual sin ponerlo todo patas arriba. Contiene plantillas para que puedas hacer de manera fácil los ejercicios que te ayudarán a llegar hasta tu meta y definir ese gran plan de vida que quieres para ti.
Imágenes adaptadas para "DE TODO UN POCO"
Tema original de > Avanzar en positivo.com
Tema original de > Avanzar en positivo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario