A partir de este año se empezó a utilizar en la ciudad de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo este genial invento... Se trata de un novedoso robot que se encarga de controlar el tráfico.
Este robot es obra de una mujer llamada Isaie Therese, a quién se le ocurrió su fabricación para buscar una solución efectiva que ayude a remediar los problemas de congestionamiento vehicular, ya que los habitantes de esta ciudad ignoraban las señalizaciones así como también a policías de tránsito, pero un robot de 2.43 metros de altura no puede ser ignorado tan fácilmente, y más si se encuentra sobre un pedestal que lo hace lucir más alto.
Isaie Therese es una ingeniera del Instituto Superior de Técnicas Aplicadas (ISTA, su sigla en francés) trabaja en la ciudad de Kinshasa, capital del Congo, y es la jefa a cargo de un equipo de ingenieros que creó dos robots para dirigir el tráfico de las esquinas más congestionadas del país africano.
Isaie Therese es una ingeniera del Instituto Superior de Técnicas Aplicadas (ISTA, su sigla en francés) trabaja en la ciudad de Kinshasa, capital del Congo, y es la jefa a cargo de un equipo de ingenieros que creó dos robots para dirigir el tráfico de las esquinas más congestionadas del país africano.
El robot funciona con energía solar y gracias a que tiene baterías también lo hace en la noche, por lo que puede dirigir el tráfico sin importar las condiciones climatológicas.
Los ojos de este personaje son cámaras, los cuales capturan la imagen de cualquiera que esté quebrantando la ley, en el pecho tiene pantallas LED para comunicarse con los peatones; ceder, prohibirles el paso o decirles cuanto tiempo les queda para cruzar la calle.
Los ojos de este personaje son cámaras, los cuales capturan la imagen de cualquiera que esté quebrantando la ley, en el pecho tiene pantallas LED para comunicarse con los peatones; ceder, prohibirles el paso o decirles cuanto tiempo les queda para cruzar la calle.
Sus brazos articulados tienen los colores de un semáforo.
Posiblemente los robots pueden verse muy rudos por fuera y evocar películas de ciencia ficción de la década de los años 60s, sin embargo, por dentro son bastante modernos pues funcionan con energía solar, tienen cuatro cámaras para registrar el flujo del tránsito y enviar la información en tiempo real a las autoridades, y utiliza los tradicionales lentes de sol de la policía de Kinshasa.
Posiblemente los robots pueden verse muy rudos por fuera y evocar películas de ciencia ficción de la década de los años 60s, sin embargo, por dentro son bastante modernos pues funcionan con energía solar, tienen cuatro cámaras para registrar el flujo del tránsito y enviar la información en tiempo real a las autoridades, y utiliza los tradicionales lentes de sol de la policía de Kinshasa.
Los robots están hechos de aluminio y acero, y ya son un reconocido atractivo turístico para el país africano, aunque los más críticos aseguran que no son útiles pues no serían capaces de atrapar a ningún conductor que no cumpla con las leyes de tránsito, lo cual es mentira, ya que para eso cuentan con cámaras para tomar la imagen de las placas de los infractores.
Con este robot, Isaie busca interesar a más niñas y adolescentes en el campo de la tecnología y robótica ya que es un área donde el país la mayoría son hombres. Asimismo, esta inventora asegura que al ser un país pobre, el gobierno está buscando ahorrar dinero, por lo que el uso del robot les ayudará con el objetivo.
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