Cuando nos sentimos felices sonreímos, y cuando estamos tristes fruncimos el ceño ¿o es al revés? Las últimas investigaciones revelan que mente y cuerpo están íntimamente relacionados y cada uno de ellos influye significativamente al otro.
Para mejorar tu estado de animo prueba los siguientes cambios !
Un estudio de la Universidad de Aukland analizó si sentarse erguido podía afectar a las respuestas al estrés. Se ató a los participantes a la silla para garantizar que su postura se mantuviera constante, y se les pidió entonces realizar una prueba lectura mientras se monitorizaba su ritmo cardíaco y presión arterial.
¿Los resultados? Los que estaban sentados con una buena postura reportaron una mayor autoestima y mejor estado de ánimo... Prueba a sentarte con la espalda recta. Te sentirás mejor
2. Finge una pose enérgica.
Los últimos estudios de la psicóloga Amy Cuddy se centran en los cambios producidos por las posturas corporales. Sus estudios demostraron que incluso unos pocos minutos de “fingir” posturas corporales producen cambios significativos en nuestras hormonas.
Por ejemplo posturas como abrir los hombros poniendo las manos en las caderas o detrás de la cabeza, o levantar el puño con el codo doblado en la clásica postura del ganador, aumentan la testosterona hasta un 20%, y reducen el cortisol (la hormona del estrés) hasta un veinticinco por ciento.
El resultado es una mayor confianza y un mejor rendimiento, ya se trate de una entrevista de trabajo o un discurso
Un estudio de la Universidad de Queen en Canadá descubrió que leer palabras positivas o negativas antes de caminar afecta el modo de caminar.
Esperaban este resultado, pero el estudio también descubrió que si se les motivaba a caminar en un estilo deprimido, los participantes recordaban palabras más negativos, pero si se les motiva a caminar en un estilo alegre, recordaban palabras más positivas.
Según el estudio caminar balanceando los brazos aumenta la testosterona y la confianza. !No dudes en probarlo!
4. Relaja tus hombros.
Los hombros son uno de los lugares que más tensión acumulan. Centrarse en liberar la tensión de los hombros, parece mejorar el flujo de sangre y oxígeno al cerebro, haciendo que te sientas más relajado y con la cabeza más despejada.
Otra opción es utilizar la relajación muscular progresiva, una herramienta que utilizamos algunos psicoterapeutas para ayudar a nuestros pacientes a manejar el estrés. Primero tensa los hombros, mantén la tensión y luego relájalos.
Sigue realizando el mismo ejercicio paulatinamente en los principales grupos musculares. De ese modo proporciona una relajación más profunda.
Sigue realizando el mismo ejercicio paulatinamente en los principales grupos musculares. De ese modo proporciona una relajación más profunda.
5. Sonríe como si algo te hiciera
De hecho fue el propio Darwin quien señaló por primera la íntima relación entre los músculos faciales y los pensamientos positivos.
Pero el gurú moderno de la sonrisa es Paul Ekman, quien pasó una década creando un sistema de medición facial. Su estudio exhaustivo de los efectos de las diferentes formas de la sonrisa en nuestra psicología, le llevó a la conclusión de que una sonrisa completa (una sonrisa que no utiliza solamente los labios, sino que hace que se mueva también la piel alrededor de los ojos), puede producir patrones de activación cerebral de las emociones positivas.
Cuando sonrías, hazlo arrugando la piel de alrededor de los ojos ;).
6. Respira abdominalmente (respiración diafragmática).
Todos respiramos obviamente. ¿Pero qué tal respiras? Resulta que muchos de nosotros nos quedamos a medias, y sólo inspiramos con nuestro pecho. Pero como te diría cualquier profesor de canto, de teatro o incluso de yoga, la verdadera respiración debe entrar en el diafragma (un órgano grande en forma de cúpula en la parte inferior de la caja torácica).
En otras palabras, lo correcto es respirar centrándose en la zona baja de los pulmones. Este tipo de respiración mejora el flujo de oxígeno en la sangre, reduciendo la tensión y la ansiedad.
Para comprobar si lo haces bien, puedes colocar una de tus manos justo debajo de las costillas, en la parte superior de tu estómago, y la otra mano en el pecho. Debes notar que la mano que se mueve con la respiración es la que está de debajo de las costillas.
Conclusión
Los cambios corporales comentados no resolverán por si solos problemas graves de depresión o ansiedad, pero sin duda es fascinante recordar que no somos sólo nuestra mente, nuestro cuerpo, o nuestras emociones, sino una combinación e integración de todos ellos.
Probablemente estas posturas no cambien tu vida, pero está bien saber que puedes usarlas para alegrarte el día y mejorar tu estado de ánimo.
Tema ganador de la semana de la comunidad > LOS MEJORES TEMAS DE INTERNET
Muy interesante artículo. Sin palabras decimos lo que queremos, lo que sentimos y lo que vivimos. Por ello esta importante hacer consciente que nuestro cuerpo habla cuando nuestra voz se silencia.
ResponderEliminarLa quinesia es un mundo maravilloso por descubrir.
¡Hasta pronto!